Espejito espejito
Aunque ahora os imaginéis a la bruja mala de Blancanieves, lo primero de todo es aclarar que en ningún momento de la película se dice “espejito, espejito”, así que volved a la bici que es de lo que hablamos aquí y dejaos de cuentos.
Vamos a hablar de espejos, que en la bici tienen que ser retrovisores. ¿Cuántas bicis habéis visto con espejo en vuestros escarceos sobre las dos ruedas? Seguramente pocas, y seguramente todas en las grandes ciudades como modelos urbanos.
Pero ¿por qué hay tanto recelo a algo tan bonito y tan brillante? Yo creo que es lo mismo que lo del casco, que mucha gente se ve fea con el casco (que a veces no es culpa del casco). Pues el espejo igual, mucha gente no ve bonito el espejo o lo ve como de persona “débil”. Quizá deberían hacer un estudio psicológico, sociológico o similar sobre el tema.
Al turrón, vamos a ver las grandes ventajas de llevar un espejo en la bici:
- Twitter está lleno de vídeos de coches que adelantan a bicis de mala e ilegal manera, pero con un espejo puedes prever las intenciones de dichos personajes subidos a sus vehículos a motor.
- Cuando hay un exceso de ruido, por ejemplo, por el viento o por el tráfico, te permite ver lo que pasa detrás, que en otras ocasiones puedes intuir por el ruido (de ahí lo de no llevar auriculares, meloncete…)
- Valen tres perras.
Y lo de tres perras lo puedes ver por ejemplo en este modelo de Decathlon que vale 6 €.
Ahí lo dejo: cuesta poco y te ofrece mucho.